Otros lo han hecho, otros lo harán, pero ningún dueto será tan conmovedor y puro como el que realizan dos corazones que comparte la misma sangre.
Desde niña disfrutó de su ternura, de sus cuidados, lo amaba de manera espontánea, natural; más tarde se dio cuenta que trabajaba mucho para llevar todo a casa y ya no sólo lo quería, también lo admiraba… de su mano aprendió a caminar como niña y a volar como mujer, como artista.
Él le mostró el lado más luminoso de la vida, él le enseñó todo lo que pudo. Desde muy pequeñita aprendió música y fue con su padre con quien compuso sus primeras canciones nadie le impuso nada, fue libre para explorar lo que le interesaba, pero llevaba el sonido en el alma.
Diego Verdaguer, la última canción con su hija
Hoy Ana Victoria Verdaguer se llena de recuerdos, de nostalgia y de un amor incondicional que desea compartir con todas las personas que apreciaron a su padre y que ven en ella a su fiel continuación, a quien defenderá su apellido y sus canciones, a quien continuará su profesión con la misma disciplina y pasión que él le mostró.
Muchos fuimos testigos del enorme cariño entre ambos; nos conmovimos cuando ella buscaba por todos lados una cura para continuar juntos, pero a veces no tenemos más remedio que aceptar lo inevitable, respirar, parar un momento y tomar nuevamente aliento para seguir adelante y sobre todo para honrar la memoria de quien nos dio la vida y fue nuestro primer gran amor, el más real, el más grande, el que siempre estuvo ahí.
“Fue mi padre, mi maestro y mi confidente, mi luz y mi eterno amor; siempre me sentí muy orgullosa de ser su hija, pero conforme pasa el tiempo más lo admiro y lo respeto, me doy cuenta de todo lo que sembró y asumo con responsabilidad el compromiso de hacer realidad sus sueños, de llevar su bandera hasta lo más alto que pueda, de trabajar por lo que construyó y hacerlo crecer.
Todavía hay días en que me siento muy triste, me hace mucha falta, pero recuerdo su ejemplo y eso me motiva a estar de pie, a seguir componiendo, produciendo, creando… a llorar para mí y a ser fuerte para los demás.
Sin saber que la vida nos separaría inesperadamente, desde hace muchos años pienso que él me fue preparando, me fue involucrando en todos los aspectos de su mundo, desde cómo llevar sus negocios hasta como producir un buen espectáculo.
En cuanto a la música, añoro sentarme a cantar a su lado, oler su aroma, escuchar su voz, las frases tan lindas que decía y como creaba algo maravilloso… por eso decidí lanzar el dueto de “Pídeme”.
Siempre me gustó esta canción y me pareció que los sentimientos que describe se pueden aplicar a una relación de padre e hija, le dimos un tono y sentido especial con ese fin, es una nueva visión que antes no se había manejado.
“Él dejó grabada su voz desde diciembre, después se atravesaron momentos muy difíciles y fue en julio cuando yo tuve las fuerzas para imprimir la mía, a partir de ese momento no paré, ésta es mi manera de decirle que no lo olvido y que nunca lo dejaré de amar… Ay papá, papá, hoy entiendo lo que es la nostalgia”.
“Pídeme” es una de las canciones más hermosas de los últimos años, compuesta por Diego Verdaguer fue un éxito en su momento, pero es ahora cuando definitivamente escucharemos su mejor versión a través de un dueto hecho por dos grandes artistas, pero sobre todo a través de dos personas que entonaron cada frase con la emoción de un cariño absoluto.
Si volviera a nacer, Ana Victoria Verdaguer le pediría a Dios volver a ser hija de Diego… y él, desde donde se encuentra, estamos seguros que está muy orgulloso de ver a la mujer que formó y pediría lo mismo.
Melómano por naturaleza y comunicólogo de profesión. Amo el vino tinto, el mezcal y escribir sobre autos, cine, música, gastronomía, tecnología y todo lo relacionado con estilo de vida.
Soñaba con ser rockstar, pero la vida me llevo por otro camino y aquí me tienen, plasmando con letras varias historias.