Un vino está lleno de matices que pueden pasar desapercibidos cuando nos falta práctica para reconocerlos. Su verdadera esencia se encuentra en ese lenguaje oculto que solo quienes abren los sentidos son capaces de ver. Para descifrar el perfil sensorial de sus etiquetas más emblemáticas, Bodegas Cepa 21 realizó un taller de cerámica y vino en Departamento Barro, con la intención de resignificar el acto de catar, invitando a los asistentes a agudizar los sentidos, entrenar la memoria olfativa y redescubrir el vino desde una perspectiva más relajada, más intuitiva y más emocional.
Cepa 21
Con un ejercicio práctico realizado con etiquetas de la bodega, es posible desarmar las notas de cata y crear nuevos recuerdos asociados a colores, texturas y trazos. De esta manera, la próxima vez que disfrutemos una copa de vino, será más sencillo describirlo gracias a las nuevas conexiones creadas en la memoria. Así, esa pieza final se convierte en un fiel retrato de la experiencia individual del vino, con la que se crea un recuerdo tangible que revivirá el momento de la cata: una forma innovadora de conectar emocionalmente con el vino a través de la creatividad, más allá del gusto.
“Siempre digo que el vino es arte, es cultura, es el mejor catalizador de las relaciones humanas. Te permite conectar contigo mismo y, a la vez, descubrir lo que te tiene que contar. Porque el vino tiene su alma impresa, y con actividades como esta conseguimos que se abra a los sentidos para enamorar desde la primera copa”, mencionó José Moro, director de Bodegas Cepa 21.
Por ejemplo, la frescura en Hito Tinto y su color rojo picota con ribete violáceo indican juventud, mientras que su aroma a fruta matizada con toques de madera son resultado de su breve crianza en roble francés. O bien, el color palo de rosa de Hito Rosado que se conecta con el recuerdo de una nariz fresca y expresiva, con aromas a frutos rojos, notas florales y un toque goloso asociado a su crianza sobre lías.
Vino
Con una experiencia como esta, es posible conectar profundamente con el vino. Cada detalle y cada pincelada son una interpretación única del gusto y el aroma de cada etiqueta. Al pintar sobre cerámica, los participantes no solo crean una obra visual, sino que reflejan el impacto profundo de un vino en su percepción del mundo, traducido en imágenes, colores y patrones que se quedarán con ellos tiempo después de haber terminado la copa.
Melómano por naturaleza y comunicólogo de profesión. Amo el vino tinto, el mezcal y escribir sobre autos, cine, música, gastronomía, tecnología y todo lo relacionado con estilo de vida.
Soñaba con ser rockstar, pero la vida me llevo por otro camino y aquí me tienen, plasmando con letras varias historias.